Si bien es cierto que la mayoría de la gente conoce esta zona como siete picos, y que incluso ha tenido una montaña rusa en el parque de atracciones de Madrid con el mismo nombre, son muchos los secretos que esconden estos riscos.
En la imagen podemos ver, en primer plano, los siete picos, o la espalda del dragón, con el cóncavo y valle de siete picos a sus pies y detrás, medio escondida por Dos Hermanas, Peñalara. Si queréis conocerlos, saber alturas y demás, lo más fácil es que leáis la wikipedia, por que a mi me parece mucho más interesante cómo llegó un dragón a la sierra de Guadarrama.
Dicen los lugareños, sobre todo los del pueblo de Cercedilla, que en la zona hay una fuente mágica, cuyas aguas conceden la eterna juventud. Esta misma fuente es la culpable que tengamos semejante invitado coronando los altos.
Hace muchos años, como todas las buenas historias, un dragón andaba desesperado buscando la fuente de la eterna juventud. La única pista que tenía era que la fuente de la eterna juventud estaba cerca de un yacimiento del cuarzo más puro que existiera. El dragón recorrió medio mundo rascando con la garra izquierda, llegando a lastimársela de tanto escarbar. Estaba ya a punto de abandonar cuando se encontró, en tierras de la lejana China, a un pescador, con su caña de bambú, pescando a las orillas del lago Baofeng. Este le comentó que en el otro extremo del mundo existía una cueva con el cuarzo más puro que se pudiera encontrar. Sin perder un instante el dragón cruzó el mundo entero, llegando a Guadarrama y encontrando la cueva y la fuente. Bebió de ella y… se convirtió en piedra, quedando inmortalizado para siempre entre nuestros montes.
Como toda leyenda tiene su parte de engaño. De todos es sabido que el cuarzo es un material piezoeléctrico, muy cotizado para usarlo en relojes de precisión. Se podría decir que es un “señor del tiempo”. La fuente concedía cierto poder sobre el tiempo, pero no tal y como lo entendemos nosotros de darnos eterna juventud, si no de medirlo, por eso el dragón se convirtió en piedra, es más, en granito, el cual contiene una parte de cuarzo para controlar el tiempo. El cuerpo del dragón es inmortal en la sierra y controla el tiempo con su alma de cuarzo pero, como siempre, hay que tener cuidado con las leyendas y sus promesas, pues incluso un dragón puede ser engañado.
Pero aquí no acaban las leyendas de estos picos, si nos vamos al tercero encontraremos una ventana al infierno, la ventana del diablo. Aquí es donde consiguió escapar Hugo de Marignac, el caballero templario, tras esconder los tesoros del temple. Acompañado por su amada, Blanca de Torrenuño, ya no sabían donde esconderse de sus perseguidores y al llegar al dragón llamó al diablo al grito de Bafonet. Este se le apareció y le pidió su alma inmortal a cambio de ayudarle a escapar. Sin dudarlo un momento, el caballero aceptó y él y su amada desaparecieron al atravesar la ventana que se formó en los riscos del tercer pico, y que allí está desde entonces.
Como veis, el dragón o siete picos es un lugar mágico, y también un buen lugar donde dormirse una buena siesta, y lo digo por experiencia propia. Si tenéis curiosidad, la imagen de cabecera está tomada a 20 Km de distancia de 7 picos (y 30 de Peñalara) desde el cordel de Cuelgamuros, cerca del refugio de la Naranjera.
Por cierto, este dragón tambien daba el nombre a la sierra durante la edad media, si, como en una novela épica, Madrid se encuentra junto a la sierra del dragón (nota: cuanto más leo y estudio sobre la sierra, menos claro tengo esto).
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