Ayer publicaban en Xatakafoto un interesante artículo sobre Calle35 (antes que nada, los fotógrafos de Calle35 si respetan lo que voy a decir a continuación). Dado que se dedican a la fotografía callejera salió el tema de los permisos y los derechos de los fotografiados, de los que ya hablamos en su día. Básicamente lo que dice la ley es que está prohibido realizar fotografías de personas, aunque sea en zona pública, sin el consentimiento de las mismas. Nota: a todos los que dicen que esta ley es franquista (y lo he oído muchas veces) y para la censura recordares que la propia ley permite documentar sucesos públicos, es decir, que no se puede usar para impedir que alguien haga fotos en una manifestación, dado que se está documentando una actividad pública. Estamos hablando de hacerle una foto a Paco o a Paca, personajes anónimos, por la calle, sin evento público a su alrededor y siendo ellos los sujetos o protagonistas de la imagen (y siendo reconocibles). Debatiendo sobre este tema, una de las respuestas al tema de legislación fue la siguiente:

 

Ya se que te conviene llevar el debate hacia el terreno de lo que es legal o no lo es. Pero a mí esa es una discusión que no me interesa lo más mínimo. Es más, me aburre terriblemente.

Es decir, que a este fotógrafo le da igual la legislación, una legislación que intenta proteger la vida privada de las personas (estar en un lugar público no implica que tu vida sea pública) por que le aburre terriblemente. Básicamente: le “aburren terriblemente” los derechos de otras personas. Pero la cosa no queda en eso, pues el mismo comentario lo remata con:

Todos esos factores (y algunos más) que te he comentado me ayudan a analizar la seriedad o no de un trabajo pero desde luego lo que todos y cada uno de ellos me merecen, por encima de todas las cosas.. es respeto. El respeto por la pasión del fotógrafo que hizo esas fotografías.

He de reconocer que esto me dejó fuera de combate. En le mismo comentario en el que dice que le “aburre terriblemente” el tema legal y el derecho a la intimidad de otras personas exige respeto por el trabajo del fotógrafo. Es decir, los derechos (reales y tipificados en la ley) de la gente le aburren, pero el derecho del fotógrafo a hacer fotos hay que respetarlo sobre todas las cosas. Creo que me he perdido algo.

He de reconocer que mi corazón se debate entre algunas obras maestras que he visto y que, con la ley en la mano, son ilegales (en España y a partir de la ley del 82). Se que muchas escenas costumbristas de principios del 20 que mostraban la vida de la gente normal no hubieran sido posibles si el fotógrafo hubiera estado limitado por esta legislación (bueno, no se perdería todo, pues quedarían las fotos entre amigos, estas si son legales). Si esto fuera así siempre y en todos los países, muchas de estas imágenes no existirían. Muchas de esas fotos, esos robados, por ejemplo, de la América profunda en los años 60, no existirían.

Pero también reconozco que los tiempos han cambiado. Ahora la posibilidad de que algo esté documentado fotográficamente en algún momento es casi del 100%, es decir, que casi todo está documentado para la posteridad, sobre todo en las grandes ciudades, donde la densidad de fotógrafos es altísima. Al mismo tiempo, la potencial difusión de una imagen ha crecido de manera exponencial en los últimos años gracias a Internet. hace solo 20 años, para que una fotografía tuviese difusión, ya no digo mundial, si no nacional, dependía de que apareciese en los grandes medios. Si eso no ocurría, para bien o para mal, esa imagen no seria vista mas que por los cercanos al fotógrafo. Puede que con el tiempo esta llegase a tener más difusión. En la actualidad una fotografía de un fotógrafo anónimo puede llegar a ser viral en poco tiempo, pasando la imagen de esa persona a ser vista a nivel nacional o incluso local en cuestión de días, incluso horas.

Es decir, que tu estás paseando por la calle, o en un bar sentado, o esperando el autobús y llega un fotógrafo e inmortaliza el momento. El fotógrafo publica la foto y la imagen tiene algo (ya no entro en la cantidad de morralla de gente que va tipo turista por la calle disparandole a todo, si no a una muy buena foto), y ese algo hace que la foto se comparta por todas partes, que tu cara salga por todos los rincones, que la gente te reconozca por la calle o, lo que puede ser mucho peor, que se convierta en un meme, con frasecita y forma de ser incluidas, con el san Benito que esto implica.

Muchos fotógrafos callejeros se escudan en que ellos no hacen mal a nadie (me refiero a los que roban la foto y luego no piden permiso), pero esto se juzga siempre desde el único voto del fotógrafo. El otro 50% de la fotografía, el sujeto, no tiene manera de opinar. Pero en este punto, la valoración sobre si se hace bien o mal basándonos solamente en el juicio del fotógrafo tiene dos fallos:

  1. El sujeto. Por mucho que un fotógrafo diga que es arte, que tiene derechos y lo que quiera, el sujeto también los tiene, y tiene derecho a decidir si su cara se pueda ver o no en Internet. Desde el momento en el que el fotógrafo decide no hablar con el sujeto (aunque sea tras tomar la foto para no perder el momento mágico), este se atribuye una posición elevada, un puesto por encima del sujeto de la fotografía a la hora de decidir si eso es correcto o no lo es. Deja a la otra mitad de la foto, el 50% de la misma sin la cual esta no sería posible sin voz ni voto en la decisión. Su juicio es más que suficiente, independientemente de los deseos del sujeto fotografiado, el cual, incluso es posible que odie que le hagan fotos.
  2. El resto del mundo. una fotografía tiene muchas interpretaciones, ya sea dentro del mismo grupo cultural o, mucho más en diferentes grupos culturales. Una fotografía inocente a ojos del fotógrafo puede ser retorcida en Internet. No creo que el fotógrafo piense en esa opción cuando piense en los posibles males que pueda causar una inocente foto, pero la posibilidad existe y, en base al punto 1, el sujeto debería tener la posibilidad de decidir.

Soy consciente de que las posibilidades de que una imagen tenga tanto éxito, con la sobresaturación que hay en Internet en la actualidad son más bien ínfimas, pero existe. También soy consciente de que los fotógrafos suelen estar protegidos por el tema económico. No me refiero a que sean ricos, si no a que un ciudadano de a pie no suele tener ni tiempo ni dinero para proteger sus derechos ante temas como este. Pero eso no niega una realidad: muchos fotógrafos de calle, algunos por desconocimiento, algunos por que les “aburre terriblemete”, no respetan los derechos del resto de las personas que les rodean.

No quiero aparecer como un fanático de la privacidad, pues reconozco que me gusta perderme de vez en cuando por galerías de fotografía callejera, pero también me gustaría que ese mismo respeto que algunos exigen a los fotógrafos callejeros se mostrase por las personas que aparecen en sus fotografías (por si hay dudas, repito, me refiero a los fotógrafos callejeros que no se paran a pedir permiso, ya sea antes o después).

Sobre la privacidad y casi poniéndome un casco de papel de plata en la cabeza: en la actualidad el software de reconocimiento de caras está muy avanzado (y mucho más que estará en el futuro). El subir fotos de gente a Internet donde se les reconozca (recordad que al ley pide que el sujeto sea reconocible) da pie a que mediante software de reconocimiento facial se pueda localizar a una persona concreta en un momento concreto. Si bien es cierto que en la actualidad el gasto computacional es muy alto, es una opción que existe (ya me quito el casco de papel de plata).

Llegados a este punto ¿vale más el derecho a la privacidad o si la foto lo merece todo es permisible, independientemente de los deseos del fotografiado? ¿Se puedes sacrificar los derechos personales por una buena foto? Es más ¿qué derecho moral tendría un fotógrafo de exigir el respeto de la ley si él mismo se la salta por decisión personal no respetando los derechos de otros?

Como he dicho, y para que luego no digáis que no me mojo,  me debato entre el derecho de las personas y algunas obras geniales de fotografía callejera que he visto, aunque tiendo hacia los derechos de las personas. Si fuera blanco o negro: las personas (pobre de mi, me acabo de suicidar en el universo fotográfico).

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