La iluminación en la fotografía macro es, a la vez, crítica y tremendamente divertida. Critica dado que con las velocidades y aperturas con las que se trabaja casi siempre nos hará falta (más si es algo que está en movimiento), pero, al mismo tiempo, dado que trabajamos en espacios muy pequeños, no permite una flexibilidad que a otras escalas implicaría un desembolso muy grande de dinero. En macro muchas veces con dos cosas sacamos la imagen.

Como podemos ver, en caso de tener un problema con el flash, incluso un viejo frontal nos puede sacar del apuro. Estoy seguro de que un profano, viendo solo la foto (el ancho de la tuerca era de 1,5 mm) pensaría que se realizó con grandes medios y no con la luz de un frontal en el salón de casa.

Lo primero de todo, en macro, siempre que sea posible, hay que quitar el flash de la zapata, más cuanto más corta sea la focal que usemos. Eso, o hacer rebotar la luz en laguna parte.

Y no solo me refiero a flash externo, también hablo del flash que viene en la cámara, pasa lo mismo. Como podemos ver en la imagen, la separación del flash hace que la luz llegue desde arriba y en muchas ocasiones que no ilumine la parte frontal del sujeto. Al mismo tiempo gran parte de la luz se pierde.

Este paso, tan complicado en fotografía normal, en macro puede convertirse en un juego pues, debido a la regla de la inversa del cuadrado y a que estamos trabajando a muy pequeña escala, fuentes de luz relativamente débiles e inservibles para otro tipo de fotografía aquí se convierten en todo un foto profesional. Veamos que opciones tenemos:

Rebotar la luz: es la primera idea, un simple folio nos sirve. Si solamente tenemos el flash integrado, podemos desviar la luz con papel de plata para hacerla rebotar, ya vimos un ejemplo en macro con cámaras compactas. Si tenemos un flash con antorcha giratoria, apuntamos a la superficie donde queremos rebotar la luz y solucionado.

Usar lo que tengamos a mano: como en la foto de cabecera. No siempre tenemos un flash a mano, o lo mismo tenemos alguna otra cosa que nos hace la vida más cómoda. Una linterna, una lámpara de mesa, un flexo…. al trabajar en espacios tan reducidos pequeñas luces nos solucionarán la papeleta. Al mismo tiempo usar la imaginación para con pocas cosas modificar la luz. Un folio puede servirnos de reflector, un poco de papel cebolla convertirse en una caja de luz (usad led pues es posible que se tueste o te de un susto). Una simple pajita opaca y una bombilla led nos da un snoot de reducidas dimensiones para iluminar la cara de una figurilla de uno o dos centímetros de tamaño.

Cable de extensión: es un cable que conecta el flash con la cámara, permitiéndonos colocar el flash de manera lateral, cenital, trasera…..

Disparador remoto: es el mismo concepto que el cable, pero con dos ventajas. la primera es que nos evitamos tener cables por todas partes (con el riesgo de engancharnos y tirar el tinglado) y la segunda es que nos permite usar varios flashes al mismo tiempo. Los disparadores remotos pueden ser por radiofrecuencia (caros y fiables), o mediante infrarrojos o simpatía. En este caso el flash se dispara ya sea por una señal infrarroja o simplemente al sentir el destello del flash principal. En la actualidad muchas cámaras y flashes tienen la posibilidad de usar este segundo sistema sin necesidad de comprar ningún aparato extra. Con varios flashes configurados de esta manera y un poco de bricolaje podemos montarnos un estudio en toda regla (a escala eso si).

Flash anular: es un tipo de flash especial que se coloca en el extremo de la lente. Existen desde los modelos más básicos, que simplemente llevan la luz de un flash normal montado en la cámara hasta el anillo alrededor de la lente a flashes dedicados con bombillas en el anillo las cuales podemos configurar y cambiar la potencia o incluso apagar para conseguir luz lateral. Son muy cómodos si nos tenemos que mover dado que se convierten en un todo con la cámara. El único problema es que en caso de  usar lentes macro de focal larga, al estar la luz tan cerca de la lente y alejar el sujeto, la iluminación tenderá a quedar frontal y plana.

Wikiepdia – Darron Birgenheier

Flash gemelo: es el mismo concepto que el flash anular, pero con dos cabezas de flash, una a cada lado. Mucha mejor opción, pero también más caro. Hay diferentes modelos, en algunos incluso se puede separar el flash del anillo para aumentar las posibilidades. Este tipo de flash lo podemos copiar de manera barata con dos flashes colocados en brazos flexibles. Este mismo efecto se puede conseguir de manera incluso más barata (si no queremos la misma potencia en ambos lados) con un solo flash y al otro lado poniendo un reflector.

Como se puede ver, las posibilidades en la iluminación macro son amplias y muchas de ellas muy baratas. El bricolaje es algo que está muy a mano en este tipo de fotografía.

Una cosa a tener en cuenta en la fotografía macro es la focal utilizada pues, cuanto más corta sea, menor será el espacio libre entre la lente y el sujeto para poder colocar luces.

El resto es exactamente igual a cómo se ilumina en el resto de fotografía, se cumplen las mismas reglas y se pueden usar los mismos trucos rebotando, atenuando o dirigiendo la luz.

Si queréis ver ideas y bricolajes para iluminación macro pasaros por:

Macro rings

More macro rings

Nota: si tenéis curiosidad por la lente de la primera imagen, es el antiguo 18-55 (si, el pisapapeles que nadie quiere) convertido en lente macro siguiendo este tutorial. Como he comentado, el bricolaje en el mundo macro está a la orden del día.

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