Ya he hablado del despiste en la subida a Cueva Valiente, ahora veamos el resto. Durante la subida la verdad es que el tiempo no me dió muchas opciones a fotografiar nada. Si acaso alguna imagen suelta que escapaba a la niebla.
La verdad es que, quitando la primera rampa nada más salir de collado Hermoso, que se puede hacer un poco dura si no tienes fondo, es un paseo bastante agradable. Las dos perrillas del grupo se los pasaron en grande en la nieve (es más, la blanca se solidarizo con la negra y fué almacenando todo el barro que encontró para terminar casi del mismo color).
La cota de nieve era confusa y dependía bastante de si el viento había limpiado la zona o no, pero no molesta como para cansar demasiado.
Como ya comenté, la llegada a la cima fue dentro de un manto de niebla.
A si, cerca de la cima, y en uno de los primeros claros momentáneos que prometían una tarde soleada nos cruzamos con esta bailarina del ballet ruso.
Toda la zona de la cima estaba cubierta de hielo (el viento limpió la nieve).
Nos metimos en el refugio a tomar el almuerzo y al salir parecía que habíamos cambiado de día.
No busqué la cueva ni me subí a lo alto de las rocas por el tema del hielo. No es complicado, pero ya subiré otro día con más tranquilidad, no sea que el fantasma del famoso bandolero Juan Peña estuviera agazapado para gastarme una broma. Como no, tenía que hacer la toma inversa y fotografiar Cabeza Lijar.
Una de las cosas que quería hacer era fotografiar Peñalara desde lo alto de Cueva Valiente. Miré al norte y… me encontré un montón de nubes.
Si no fuera por las nubes, a parte del valle donde nace el río moros, veríamos los montes que lo rodean, a la izquierda Pasapan, la Peña del Oso, la Pinareja, Montón de Trigo….. pero como hay nubes….
Otra vista, pero con angular:
Siempre me ha parecido curioso que desde la zona de Madrid, mucho más baja (Guadarrama, la población más cercana al puerto por la vertiente madrileña está a una altitud de 981 metros y San Rafael, por la vertiente segoviana, a 1212), la sierra parece altas montañas difíciles de cruzar y desde el lado de Castilla algunas parece poco más que colinas. Pero no hay que dejarse engañar, la subida al alto del León desde el lado de Castilla tiene miga, lo digo de primera mano, aunque en esta imagen parece casi llano (en 3,5 Km hay que ascender 300 metros, imaginad las fotos en las que aparecen paredes casi verticales).
Pues ya solo nos quedaba regresar, esta vez con sol y cielo azul. Bajando al collado entre Cueva Valiente y el pico o cerro sin nombre pude hacer una última foto.
A la ida, desde la mitad de ese prado, solo distinguíamos entre la niebla la primera fila de árboles.
Para verlas todas, pasaros por la galería.
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