Uno de los miles de vídeos que recorren la red de redes me ha recordado algo que parece que muchos olvidan: nadie nace sabiendo.

El vídeo en cuestión es este:
Thank You, Mom

Es un vídeo promocional de una marca, pero no por eso deja de ser una verdad como una casa.

Si buscaos por Internet, es fácil encontrar gurús y maestros recomendando mostrar solamente tus mejores fotos. Si bien eso es cierto, sobre todo en la actualidad con la cantidad de imágenes que tomamos, eso no implica una realidad que parece que muchos fotógrafos se empeñan en conseguir: borrar su pasado.

Esa foto la tomé hace 10 años, antes incluso de que empezara a interesarme de verdad por la fotografía y simplemente inmortalizaba momentos. Pero esa foto, para bien o para mal es mía, y no la voy a borrar, pues muestra mi progreso antes incluso de empezar a estudiar. Es más, demuestra que este, por decirlo de alguna manera, canonista (aunque no tengo preferencias reales) dio sus primeros pasitos con una nikon.

Tras eso, y por circunstancias de la vida, al fin empecé a dedicarle tiempo a la fotografía. Incluso hice alguna fotos pasable durante mi vida al otro lado del charco (esta tiene trampa, es antigua, pero con el ruido procesado en la actualidad).

Mi tercera cámara no hizo más que poner cara de póquer a los fotografiados.

Tras eso di el salto al mundo reflex, lo cual no implicó una mejora en la calidad de las imágenes, pero no por eso dejan de ser mías.

Puedo entender que los accidentes existen, que las galerías se corrompen, que los blogs desaparecen, pero hay gente que los hace desaparecer y es casi imposible encontrar trabajos de muchos fotógrafos (ya sean aficionados o profesionales) que no sean las que muestran su nivel y estilo actual.

También hacen “desaparecer” fotos actuales que no tienen buena acogida.

Pues lo siento, pero creo que tenemos a equivocarnos, a mostrar que tenemos un pasado, una trayectoria en la que hemos ido aprendiendo.

También tenemos derecho a mostrar que tenemos gustos propios, no todas las fotos tienen que gustar a todo el mundo. Hay estilos, gustos y modas que no tienen que agradar a toda la humanidad. Hay estilos que a mi me disgustan, pero a otras personas les encanta. Trabajos por los que yo me quejaría, a otras personas les encantan.

La fotografía es un camino por el que vamos avanzando. Aprendemos técnicas y estilos y los desechamos o los adaptamos a nuestra forma de entender la fotografía. Nos guste o no, es parte de nuestra forma de vivir la fotografía. Es más, muestran nuestra capacidad de adaptación y la variedad de estilos capaces de cubrir.

Y para que no digáis que nunca me veis, aprovecho una de las fotos de mis primeros “carretes digitales” (algún día digitalizaré los pocos químicos que tengo), tomada por mi compañero y maestro en la espeleología:

¿Salgo guapo? Si rapelando sin guantes (aunque eran solo 5 metros) y, para más…. CON CALCETOS BLANCOS. Si es que con mi vida se podría hacer un manual de no hacer ni vestir.

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