La verdad es que la Ribeira Sacra es un lugar increíble si buscamos paisajes y rincones escondidos. Gracias a mi amiga Mercedes visite parte de la misma, y me llevó a algunos de los miradores desde los que disfrutar las preciosas vistas del cañón. Por razones de tiempo, solo pudimos visitar 3 de los 27 miradores existentes, entre el Miño y el Sil.
El primer mirador que visitamos es el mirador de Cabezoa.