Pues sigo con el costurero, como el otro día.
El ojo, un poco mejorado.
La aguja enhebrada.
Y la herramienta de trabajo, el dedal.
Todo con una cálida dominante dorada, a ver si el metal se da por aludido y pasa a ser oro.
Pues sigo con el costurero, como el otro día.
El ojo, un poco mejorado.
La aguja enhebrada.
Y la herramienta de trabajo, el dedal.
Todo con una cálida dominante dorada, a ver si el metal se da por aludido y pasa a ser oro.
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