El Tao, 道, el camino, la vía o el método. Siempre que aprendemos algo, en este caso, fotografía, lo primero es decidir cómo lo aprendemos, por nuestra cuenta, mediante clases, comprar libros, apuntarnos a un club o incluso, en la actualidad, buceando por Internet o apuntándonos a un foro. Como veis, ni se ha empezado y ya empiezan los dolores de cabeza.

 

Ya llevo cierto tiempo en esto de la fotografía, aunque me queda mucho camino por recorrer. Este es el camino que yo estoy decidiendo recorrer, o parte del que me gustaría haber recorrido en el pasado, se admiten sugerencias. No me considero ni un experto, ni un gurú ni un maestro, pero espero que mi experiencia, unida a otras cosas que leáis os ayuden en vuestro camino, y precisamente empezaremos hablando de caminos.

¿La fotografía es un camino o un fin en si mismo?

Eso depende cada uno de nosotros, de lo que esperemos de ella. Esta primera pregunta no la puede contestar nadie más que vosotros mismos. Hay gente que usa la fotografía como apoyo para otro tema, como documentar un blog con imágenes, hay gente que la usa para socializar, hay gente que la usa para relajarse, otras personas para ligar… Hay muchas maneras de acercarse a la fotografía, todas ellas igual de válidas… y cada una con su propio camino.

A partir de este momento asumo que se busca la fotografía como fin y no como medio, pero estos consejos pueden aplicarse aunque sea un medio. Y aviso que va a ser una carrera de fondo.

¿Por donde empiezo?

Por comprar una cámara. Parece una estupidez, pero hay que tener una cámara con una condición, que tenga opción de disparo manual, que se pueda tener control absoluto sobre lo que hacemos. Y tiene que ser una compacta, algo que podamos llevar con nosotros en todo momento. Este tipo de cámara nos acompañará durante todo el camino.

No hace falta que sea una de las mejores, solo hace falta que nos quepa en un bolsillo. Gracias a esta cámara podremos inmortalizar lo que tengamos delante en cualquier momento. Esta cámara irá cambiando cada pocos años (gracias a dios no son demasiado caras, podemos encontrar algunas por menos de 150 euros) y es la que nos ayudará a entender la base de la fotografía.

Con esos tres puntos y entendiendo las distancias focales ya tenemos casi toda la técnica.

¿Técnica o composición?

Una de cal y una de arena. Es imprescindible empezar por la técnica, pero técnica básica, es decir, entender y dominar los tres pilares de la fotografía: apertura, velocidad e ISO. Gracias a ellos podremos “cazar” la luz. Jugar con la cámara que llevamos con nosotros para entenderlos en profundidad acelerará el proceso.

Una vez que empecemos a dominar los tres pilares, es decir, una vez que tengamos la base de manejo de los pinceles, podremos empezar a pintar. Y es en este momento donde la parte difícil comienza: la composición.

La composición es lo que hace que dos fotografías sobre un mismo motivo se diferencien, lo que hace que una sea aburrida y otra te atrape la mirada. Es la parte más compleja de la fotografía y es la parte que más puede llegar a frustrarnos. Esta es la verdadera carrera de fondo, pues, como referencia, los grandes maestros de la pintura dedicaban más de 15 años a estudiar y perfeccionar la composición.

Hay que empezar poco a poco, paso a paso. Hay muchos libros sobre composición en fotografía, pero también sirven los de pintura, escultura… cualquier libro de arte nos ayudará en este largo camino. Desconfiad de los cursos de composición milagrosos, no se puede enseñar composición en tres meses, pues la composición no se aprende, se asimila. Si bien es cierto que pueden ayudarte, solo podrás aprovecharlos si entendemos que no son más que otro escalón, otro paso en el camino.

La fotografía no se hace, una fotografía se construye poco a poco. Cuanto mejor domines la composición, menos tardarás en construirla. Hay que ordenar en un plano limitado en el espacio colores, formas, texturas luces y múltiples planos del mundo real. Esto es lo que más me está costando y a veces es frustrante ver que has subido una montaña solo para encontrarte una cordillera entera al otro lado.

Pero todo esto también enseña paciencia, aprender a esperar la fotografía, disfrutar del paisaje del camino que estamos recorriendo.

Es importante enseñar, la fotografía es mejor en sociedad

Es posible que esto sea herencia de mi pasado, de cuando entrenaba/estudiaba artes marciales con un maestro oriental. En clase todos éramos tanto alumnos como profesores. He intentado aplicar esto a la fotografía y la velocidad de ascenso por la curva de aprendizaje aumenta considerablemente.

Juntarse con gente, escribir un blog (no solo para enseñar, si no también como cuaderno de notas propio), participar activamente en un foro (por favor, en uno serio, no me sirven los foros con “maestros” a los que no se les discute ni los foros en los que todas las fotos son bonitas) y mentalizate para recibir golpes todo el rato. Nadie nace sabiendo y es normal que cuando damos los primeros pasos nos tambaleemos y tropecemos, y que envidiemos viendo a otros corriendo y saltando a nuestro alrededor. Tenemos que mentalizarnos que cada uno tiene su ritmo, que algunos nacen con un don e irán más rápido y otros tenemos serrín en la cabeza y nos cuesta entender las cosas.

Lo dicho, sal y habla con la gente, explícales lo que haces, no tengas miedo a ser profesor por un día. Yo he solucionado algunos de mis errores de base al explicárselos a otra persona, que ha sabido ver el fallo y ponerme por el buen camino.

Ya se trotar ¿que material compro ahora?

Un fotógrafo al que admiro mucho, José B.Ruiz, dice: “compra solo lo que has necesitado varias veces”, es más no solo varias veces si no que puedas demostrar que realmente no puedes hacer con el equipo del que dispones. La fotografía es una afición cara y no es plan de ir tirando el dinero (creo que no soy el más indicado para decir esto). Cada uno de nosotros tendremos que construir un equipo que se ajuste a nuestras necesidades. Tenemos que estudiar el tema que más nos gusta e intentar diseñar el equipo que mejor se ajuste a ese fin. Lo mismo es suficiente con una compacta, lo mismo una reflex y un solo objetivo es capaz de cubrir nuestras necesidades pues la foto que perseguimos está dentro de las opciones que nos ofrece. Hay que tener en cuenta que cada uno buscamos nuestra foto y lo que es bueno para uno es malo para otro. Cometeremos errores y compraremos lo que no es, lo venderemos y compraremos otra cosa, preguntaremos y nos aconsejarán y poco a poco se perfilará ese equipo. Si hay suerte será pronto y de bajo coste.

Ya tengo la técnica y el equipo ¿ siguiente paso?

¿He hablado de la composición? Llegado el momento es posible que se domine gran parte de la técnica, lo suficiente como para solucionar cualquier situación que se nos presente, pero si no sabemos componer, será otra foto sosa y aburrida.

La composición es un universo de infinitas reglas, es decir, que no tiene reglas. Se puede explicar por que una foto es mala (despista, saca la vista fuera, no es agradable…) pero es más difícil condensar las reglas.

Hay un dicho por el cual uno debe conocer las reglas para luego romperlas, pero nunca consigo llegar a lo segundo (y no será por que no me dicen que tengo que ser más trasgresor, que romper las normas). Siempre que creo romper una regla descubro que estoy cumpliendo otra. Un poco como los ogros, digo, como las cebollas, quitas una capa y encuentras otra.

Se empieza con la regla de los tercios, de no centrar las cosas, de la mirada….. Y luego te llega la Mola Lisa y está plantada en el centro de la imagen, ale, con todo su arte y su gracia. La norma que te destroza una foto es la misma que hace que otra sea una obra maestra.

Una vez pasado eso llegan los colores, las sombras, los pesos, los equilibrios (que la fotografía puede estar equilibrada o desequilibrada)….

Se sigue con como guiar la mirada, y cuando quieres darte cuenta estas estudiando arte paleolítico y viendo que un mono con un palo quemado sabía más de arte y composición que tú….

Y tras eso aceptar de una vez por todas que no hay fórmulas mágicas y que será muy difícil que una foto le guste a todo el mundo, que para gustos los colores.

Para mi esta es la parte más larga y entretenida (aunque a veces muy frustrante) de la fotografía.

¿Algo más?

Si, importante mantenerse en forma. Si se hace fotografía de acción, para seguir la misma, y si es una fotografía más tranquila, para poder contorsionarse uno para encuadrar. En otros casos, simplemente para poder llevar el equipo a la montaña hay que tener forma física de atleta.

Meditación, si podéis hacerlo mejor. No solo ayuda en la fotografía, si no en otras facetas de la vida, es un dos por uno.

Conclusión

Espero que veáis que, para salir del paso hay algunos trucos, pero para acercarse a la perfección, para seguir lo que he llamado el Tao de la fotografía, hay que tener paciencia y dedicarle tiempo, y, mucho más importante, disfrutar de todo ese tiempo que se le dedica.

Me han preguntado muchas veces la razón por la que no soy fotógrafo profesional. Por un lado, por que no creo tener el nivel para poder vivir de ello a la larga, pero, principalmente, por que me gusta hacer fotografía casi como una filosofía, una forma de vida, al ritmo que me marque la vida y no al ritmo de los negocios. Hay gente que es más valiente que yo y si vive por y para la fotografía, pero ya es cosa de cada uno.

Mucho ánimo y espero que no pueda el camino con vosotros. Espero vuestras lecciones para aprender y mejorar.

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