A veces obsesionarse con nuevos paisajes no es del todo bueno, pues perdemos la oportunidad de sacar todo el potencial de lo que tenemos cerca.
Como podéis ver, es la misma foto, bueno, el mismo paisaje (casi, la primera está tomada unos 10 metros más atrás y cubre un ángulo mayor). Pero cada foto transmite cosas distintas. La hora del día es casi la misma si no recuerdo mal, pero pasamos de una fría estepa, a unas verdes praderas.
A veces nos pasa que nos saturamos de lo que tenemos a nuestro alrededor y empezamos a buscar cosas en lugares más lejanos, cuando puede que nuestra foto la tengamos a la vuelta de la esquina. Este paisaje lo tengo a mano de mi casa, 1 hora en coche aproximadamente, y me lo he pateado muchas veces, desde hace más de 20 años (buff, que viejo me siento diciendo esto), pero sigo encontrando cosas que fotografiar.
Al mismo tiempo, es un ejercicio de creatividad. Cuando visitamos nuevos paisajes, al ser todo nuevo, todo nos llama la atención, y cualquier cosa, por original que parezca, es algo muy repetido (como las miles de fotos sujetando la Torre de Pisa) . Al recorrer muchas veces los mismos lugares, nos obligamos a pensar más, lo que a la larga nos ayudará a buscar el angulo diferente cuando viajemos a nuevos lugares.
Aparte, como veis, simplemente, con recorrer las mismas zonas, pero en distintas épocas del año, las posibilidades se disparan.
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