Durante mi visita a la villa de Niebla entramos en el castillo de los Guzmanes y visitamos sus mazmorras.
La verdad es que la bajada fue un recuerdo a la crueldad humana. Justo cuando llegamos a la parte más profunda a alguien se le ocurrió la feliz idea de encender un sonido de lamentos humanos y cadenas que hizo que saliésemos corriendo, si lo hubieran puesto a la entrada no creo que hubiera podido seguir bajando. Para quien tenga estómago, esta es la visita.
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