Desde hace varios años empieza a ser común encontrarse a jovenes que se hacen con una boya, la entierran parcialmente en la playa y la usan como trampolín para saltos. Este verano me cruce con ellos y les pregunté si podia hacerles unas fotos. Ha sido una prueba de fuego para la Sony, que no está preparada para acción, y tiene una ráfaga rápida pero muy corta, acostumbrado como estoy a las ráfagas de la Canon fue un desafio conseguir el punto del salto que me gustase. Era la única limitación dado que, aunque enfocadas a mano, como era siempre en el mismo sitio no daba problema.
Alguna que se salvo de la quema:
La pena de estas dos últimas es que la ráfaga se cortó y no sale la voltereta que dió en el último segundo.
![]() |
Saltos en la playa |
Comments