Un trozo de historia más antiguo que las propias murallas de Ávila espera en mitad de un prado (aunque su contenido está en un museo provincial de Ávila). Me refiero al dolmen del campo de las cruces, en Bernuy-Salinero.
Entre la primera y la última foto solo han pasado 21 días. Lo que comentamos en la velocidad del otoño se acelera. Los tres días juntos.
Para los que vivimos en al zona centro (o el sur) de España no siempre es posible ir a disfrutar de la belleza de los hayedos debido al clima. Pero no todo está perdido, en la zona norte de Madrid, este de Segovia y oeste de Guadalajara tenemos algunos hayedos dignos de mención.
El problema es que para casi todos ellos hay que pedir cita previa y suele ser difícil encontrar días libres (que no sea entre semana) si no lo hacemos con bastante tiempo. La única esperanza que tenemos los que llegamos tarde es el hayedo de la pedrosa, en la provincia de Segovia. Este es el único que no requiere cita previa pero, a cambio, hay que llegar temprano dado que no hay aparcamiento y los pocos espacios en la cuneta se llenan rápidamente. Nosotros llegamos a tiempo y pillamos el penúltimo sitio.
Uno de los destinos imprescindibles para pasear y fotografiar naturaleza cerca de Madrid es el puerto de Canencia, especialmente en otoño.
De nuevo las murallas, desde los cuatro postes. Creo que esta toma está repetida a rabiar. He puesto el auditorio para variar algo.
La verdad es que tampoco ha cambiado tanto.
El cabo de San Vicente (en portugués Cabo de São Vicente) es un accidente geográfico situado en el extremo sudoeste de Portugal, que marca el límite occidental del golfo de Cádiz. Se encuentra cerca de Sagres, concejo de Vila do Bispo. Se le conocía en tiempos romanos como Promontorium Sacrum, lugar dedicado al dios Saturno.
Una de las paradas obligatorias para quien visita el Algarve es su capital, Faro. En particular, la parte vieja, el recinto amurallado que, aunque fue reconstruido posteriormente, es de origen romano.
No recuerdo la primera vez que subí a Peñalara, creo que debía tener unos 15 años. Desde entonces he subido muchas veces, a escalar, pasear, senderismo, correr, esquiar…. Es uno de los lugares que me gusta. He subido solo y acompañado, en todas las estaciones. Incluso tengo fotos de antes de que me gustase la fotografía….
Mi mejor compañero en la montaña (hasta que fue envenenado con un cebo de estricnina).
Una de las cosas que no deberías perderte si estas en el Algarve y visitáis lagos es ver sus acantilados… desde el mar.