Si subes a menudo a la sierra en invierno disfrutarás a menudo de vistas como este mar de nubes:
Estas fotos están tomadas en distintos días desde la zona del puerto de Guadarrama, la primera es de la meseta madrileña y la segunda mirando a la meseta castellana.
Todo esto se debe aun fenómeno llamado inversión térmica, y se cuando tenemos noches despejadas en invierno.
Básicamente, se enfría el suelo.
El fenómeno de inversión térmica se presenta cuando, en las noches despejadas, el suelo se enfría rápidamente por radiación. El suelo a su vez enfría el aire en contacto con él que se vuelve más frío y pesado que el que está en la capa inmediatamente superior. Al disminuir tanto, la convección térmica como la subsidencia atmosférica, disminuye la velocidad de mezclado vertical entre las dos capas de aire.
Y debido a eso se crean esos mares de nubes. Otra curiosidad es que salimos de una zona baja muy fría y al llegar a la montaña nos sobra ropa por todas partes. Pero hay que tener cuidado, pues si se recuperan las condiciones normales refrescará.
A mi me gustan especialmente cuando las nubes se quedan entre dos valles (en este caso separados por los Ángeles de San Rafael, el de la pegadiza cancioncita) y parece que la niebla va a devorarlo todo.
Si os fijáis en esa foto y en la siguiente puede verse en el horizonte como en esa zona ya no hay nubes.
Cuando las nubes bajas/niebla son tenues dejan un paisaje de cuento.
O esta otra de hace tiempo, las cuatro torres desde el mismo puerto.
Eso si, aunque la inversión térmica crea unas bonitas postales, la falta de circulación en el aire de las ciudades hace que los niveles de contaminación aumenten, sobre todo si este efecto dura varios días.
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