Últimamente se ven muchos listados de precios (algunas llegaron a ser multadas), el precio de una fotografía o el trabajo que no se ve para justificar el precio de una imagen. La necesidad de hacer las cosas legalmente y el daño que hacen lo fotógrafos que se ofrecen como profesionales pero trabajan todo en negro tirando los precios. Me gustaría dar ahora una de arena, un poco de la otra realidad que algunas veces cuesta más ver, aunque no siempre, pues las listas no se crearían si todo fuera de color de rosa en este mundillo. Todo esto visto desde la barrera de quien vive de otra cosa.

Lo primero es que casi todo está fotografiado. Casi todo no es todo, pero pone las cosas muy difíciles. Hace tiempo hacer una fotografía, presionar el botón, costaba dinero, los resultados no se veían en el momento. Había que pensárselo antes de escuchar el click. Ahora hay cámaras por todas partes y se dispara casi como se respira. Todo el mundo es “fotógrafo” en potencia y las fotos, en cierto modo, son “gratis”. Por favor, he puesto comillas tanto en fotógrafo como en gratis. Tener una foto realmente original empieza a ser complicado.

Antes un buen fotógrafo se largaba a París, hacía una buena foto sabiendo lo que hacía, hacía la foto cinco o seis veces para tener copias para agencias y que alguien tuviera una foto parecida era muy difícil, tanto por equipo como por conocimiento. El “pueblo llano” hacíamos lo que podíamos sin ver los resultados hasta una semana después de llegar a casa, cuando descubríamos que la mitad del carrete se podía tirar tranquilamente a la basura. Ahora la calidad de los equipos de los aficionados son realmente buenos, en muchos casos mejores que los equipos de algunos profesionales de hace años. Ahora la gente se tira un buen rato tirando fotos y borrando hasta que sale más o menos lo que quieren. A eso hay que sumarle que el conocimiento sobre fotografía entre los aficionados ha subido enormemente.

A esto el sumamos la posibilidad que tiene todo el mundo de entrar en una agencia. Antes la gente tenía que cumplir cierto estándares para entrar en una agencia, ahora los equipos de aficionado dan calidad suficiente para poder competir en las ligas menores.

Hablando de calidad, no solo hay que tener en mente lo que cada fotógrafo es capaz de hacer, si no lo que el cliente está dispuesto a aceptar. En la actualidad a mucha gente, para bien o para mal, las fotos de nivel medio actual les son suficientes. La gente no necesita LA FOTO, con una foto mediana a muchos les sirve y no están dispuestos o no tienen dinero para pagar la diferencia.

Nos puede gustar más o menos, pero en un mercado saturado lo que prima es lo que el cliente está dispuesto a pagar, independientemente de lo que cueste. En algunos casos el mercado se lo lleva la gente que, o bien trabaja en negro, o bien balancea ingresos compensando con otros trabajos (tener los ingresos como fotógrafo de BBC, bodas, bautizos y comuniones, y poder tirar precios en fotografías a modelos).

Hablando claramente: el nivel suficiente para defenderse con la fotografía ya es alcanzado por un grupo muy amplio de fotógrafos aficionados que, en muchos casos, superan en calidad al rango inferior de la zona profesional, lo que confunde enormemente a la gente a la hora de buscar fotógrafos, pues en muchos casos ven que “el primo” o “el cuñado” da mejor calidad que los “profesionales” que visitan, por lo que es normal que la gente piense que hacer fotos no es  “tan difícil”.

Entonces ¿cómo vivir o destacar en un mercado sobresaturado y en el cual cada día el nivel es más alto? Es sencillo y complicado al mismo tiempo: don de gentes o saberse vender. Tener buen marketing que dicen ahora. En parte, como dicen en la película Piratas de Silicon Valley:

Es en esta escena en que Gates revela su filosofía, según él tienen que encontrar aquello que los empresarios no saben que necesitan, pero que necesitan, hacerles saber consecutivamente que lo necesitan y que ellos son los únicos que pueden ofrecérselo.

Reseteando la información

En cierto modo hay que “prostituirse” para tener dinero para hacer las fotos que uno quiere. La parte buena (o mala) es que en la actualidad se puede elegir entre tener un solo gran mecenas o tener una legión de mini mecenas que aportan entre todos la cantidad necesaria para luego poder emprender otros proyectos. A eso sumarle que en muchos países se puede convencer al gobierno de que lo tuyo es arte del bueno (algunas veces es cierto, otras veces más falso que un billete de dos euros) y recibir cierta cantidad de dinero.

En la actualidad no sirve de nada gritar a los cuatro vientos que eres el mejor fotógrafo del universo, pues es lo que hacen miles de fotógrafos o pseudo-fotógrafos a lo largo y ancho de todo el mundo. Hay que hacerse un nombre, que la gente te conozca de alguna manera. Muchas veces justificar el precio de una foto con gastos está bien, pero claro, si otro fotógrafo baja el precio, estás vendido. Hay que justificar que tu trabajo es lo que él necesita, por calidad, por acabados, por forma de trabajo, por filosofía. Hay fotógrafos que sacan una pasta con trabajos que otros fotógrafos considerarían incluso humillantes (de primeras me vienen a al cabeza las fotos de esta web), pero luego es posible que tengan dinero suficiente para hacer las fotos que quieren, enseñarlas y seguir por el camino que ellos quieren, siempre y cuando las fotos no sean tan ridículas que puedan ser usadas en su contra. Uno de los mejores ejemplos que he visto últimamente ha sido el fotógrafo James Hodgins, que le dio su material al cliente y le retó a tomar las fotografías, mostrandole que hacer una foto no es solo “apretar un botón” (crappy-vs-snappy). Es decir, demostrar que realmente te necesita y que merece la pena pagar lo que pides. En este punto me gustaría comentar: cualquier fotógrafo que no sea capaz de distinguirse mediante su trabajo de un aficionado, debería plantearse seriamente cambiar de trabajo. A la larga le va a ir MUY mal.

Por otro lado, hay que ser realistas, si quieres ganarte la vida no te dediques a sectores de la fotografía que no dan dinero. Es más fácil ganarse la vida estando en el top un millón de fotógrafos de comuniones que en el top cien de fotógrafos macro. Puede gustar más o menos, pero es lo que hay. Puedes ser uno de los mejores fotógrafos del mundo en tu nicho, y pasar mas hambre que uno del montón de otro nicho más demandado, por muy manta y torpe que sea el otro (lo ya comentado antes “prostituirse” en BBC, que suele dar dinero).

Es triste pero es cierto, llegados a cierto punto, cierto punto que en la actualidad puede ser casi simplemente tener una cámara, el trabajo de fotógrafo se ha despreciado llegando a límites insospechados. Eso si, siempre hay que dejar claro que aunque seamos “putas”, pero que ni lo hacemos gratis ni ponemos la cama.

Nota: en ningún momento quiero menospreciar a los fotógrafos de BBC, pues es un mercado con mucha competencia (mueve dinero, todos los años hay miles) y donde el intrusismo campa a sus anchas pero, seamos realistas, conozco personalmente más de 100 fotógrafos de BBC por cada fotógrafo de naturaleza que es capaz de ganarse las lentejas apretando el disparador.

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