No recuerdo la primera vez que subí a Peñalara, creo que debía tener unos 15 años. Desde entonces he subido muchas veces, a escalar, pasear, senderismo, correr, esquiar…. Es uno de los lugares que me gusta. He subido solo y acompañado, en todas las estaciones. Incluso tengo fotos de antes de que me gustase la fotografía….

 

Vista de dos hermanas con valdesqui al fondo

 

Mi mejor compañero en la montaña (hasta que fue envenenado con un cebo de estricnina).

Suena el despertador, deben ser la 7:00, creo que ya voy tarde ¿en que estación estoy?. A la montaña se sube siempre pronto, no solo por que el parking de Cotos se llena con dos de pipas, si no por que por la mañana se anda mejor, en verano hacer menos calor, se tiene más tiempo para disfrutar el día y se va con menos prisas. Nada más dejar el coche hacemos la primera a los novatos sin fondo, subir la pradera. Por cierto, en esta pradera es donde aprendí a esquiar.

 

Se aprieta un poco el paso y esta rampita ya les quita las ganas de correr para el resto del día. A la vuelta te odiarán al ver que hay un precioso camino con un suave desnivel que une los dos mismo puntos. Hoy es un suave paseo, solo a la laguna grande.

A lo que estamos, dejando la atrás la caseta tomamos el camino forestal que, para mi, es el inicio del paseo (antes es solo mover el cuerpo para que el material se ajuste). Paradita a leer los cartelitos.

Al llegar a la primera curva, en la zona exterior, tenemos nuestra primera parada: el mirador de la gitana, con unas preciosas vistas (por favor, que engrasen la flecha, o que nos dejen hacerlo a nosotros, que eso chirría que da grima).

Lo que vemos se llama cuerda larga, espero no equivocarme en los nombres (dudo sobre todo en la zona norte, es decir, la izquierda de la fotografía).

Si avanzamos unos pocos metros llegamos al cobertizo del depósito, el antiguo depósito del agua, de nuevo paramos a deleitarnos con la lectura de paneles informativos. Justo antes, a nuestra derecha, sale el sendero que nos lleva a la laguna.

Este camino nos lleva a través del pinar. Este tramo se agradece pues da sombra en verano y protege del viento en invierno.

Una curiosidad que nos encontramos a medio camino es… la puerta. No hay problema, siempre está abierta.

Mientras paseamos por el pinar no debemos olvidar ir mirando entre los pinos y disfrutad del paisaje.

Al seguir avanzando llegamos al primer tramo al descubierto, es una especie de vaguada, la caía de la peña los quesos, donde nace el arroyo de toril. Si en invierno te pilla la ventisca en esta zona hay que andar con cuidado, pues, debido a la abundante humedad hay muchas posibilidades de encontrarnos placas de hielo que pueden provocar una mala caída. Bueno, realmente, a partir de este punto, en invierno es fácil encontrar placas.

Eso si, a mitad de este tramo tenemos una fuente de agua fresca.

Pasado este tramo empezamos el principio del final, un poco más adelante, y tras ver la zona alta del valle de la Fuenfria, ya vemos el pico de Peñalara…..

…. y la zona del circo.

Atrás dejamos el valle y entramos en la pradera.

Lo mismo si vemos unas imágenes primaverales uno se anima más a subir (si, hay un salto en la foto, que nunca se me han dado bien lo de recorte y pega).

Una vez pasamos la caseta ya solo nos queda seguir el sendero, cruzando la hoya de la laguna y el arroyo de la laguna y llegamos a la laguna. De izquierda a derecha tenemos la hermana menor, el refugio de Zabala recortado contra el cielo, la hermana mayor y el collado que lo une con el pico de Peñalara.

Ya llegamos, tras ascender los 187 metros desde el puerto de Cotos nos encontramos con un circo glaciar creado hace 1,8 millones de años y hemos completamos el paseo….

…. o no, es un recorrido de ida y vuelta, por lo que nos queda, disfrutar del paisaje y prepararnos para la bajada, 6 kilómetros en total.

Estos señores es la laguna grande de Peñalara.

Por cierto, cuidado si subís la noche de difuntos….

La gente que ha habitado la sierra de Guadarrama durante siglos ha creado varias leyendas relacionadas con algunos parajes de estas montañas. A continuación se describen dos que transcurren en las lagunas de Peñalara:

La Pastora
Cada noche de difuntos a la fría luz de la luna, emerge del centro de una laguna de Peñalara un islote y en ella la figura de una pastora. Esta pastora parece ser que trató de salvar un cordero extraviado entre las rocas confundiendo sus balidos con extraños y broncos ruidos que parecían surgir de las profundas y oscuras aguas.
Los dos amigos
Dice la leyenda que dos amigos intrigados por el halo de misterio que rodea a la Laguna Grande subieron a la misma con el ánimo de cruzarla a nado de noche, a la luz de la luna. Uno de ellos la cruzó a nado sin problemas, manteniendo un libro entre los dientes. Cuando alcanzó la orilla opuesta animó a su amigo a imitarle y éste lo hizo. Mientras el segundo de los viajeros iba nadando, el primero iba leyendo el libro en voz alta. Pero, al alcanzar aquel el centro del pequeño lago, éste cerró repentinamente el libro y las aguas se tragaron en el acto al nadador, que nunca más ha reaparecido.

Una vez regresemos y lleguemos a la pradera, podemos cantar victoria. Si queréis un mapa de la ruta, hay miles en Internet, como este.

Si queréis podéis ver más fotos en dos de mis álbumes:

Peñalara

Frío siberiano

Por cierto, aunque con este texto subir a la laguna puede parecer un paseo, nunca hay que perderle el respeto a la montaña. La zona de Peñalara está considerada como de alta montaña y con nieve se puede convertir en una trampa mortal, y con mortal no exagero, solo tenéis que buscar muerto Peñalara en Google y descubriréis que alguien muera en esta montaña no es una novedad (si bien es cierto que es la zona alta). Hay que recordar que en esta zona pueden caer nevadas incluso a finales de mayo.

Yo me he perdí un día que me sorprendió la niebla y tardé  1 hora en encontrar el camino de vuelta con la nieve por la rodilla (y eso que conozco la zona). También he tenido que sacar a más de un dominguero (no llegan a montañeros) que se quedaron atrapados en invierno entre dos placas de hielo por no llevar el material adecuado. En el collado que une la hermana mayor y Peñalara se forman cornisas que pueden provocar aludes los cuales ya se han llevado por delante la vida de, al menos, una persona.

Hace año y medio subí con un amigo, Jesús, para fotografiar la laguna helada. El único problema era la temperatura, con un mínimo de equipo se llegaba bien (podéis ver que nos cruzamos con mucha gente en el vídeo). En la laguna me crucé con gente en pantalones de chándal y botas de verano. No quiero saber qué les hubiera pasado en caso de accidente. Podéis ver el tiempo “agradable” que nos hizo en su web (la primera mitad del vídeo).

35% Día de frío y nieve por la Sierra de Madrid

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