La verdad es que es una de las ciudades que más me ha gustado del viaje. La ciudad de la sal, con su precioso castillo.

Como ya he dicho, el castillo es de visita obligada, subiendo por el funicular o dando un paseo. Solo parte del castillo es de pago, unos 12 euros, es un recorrido corto donde te entregan unos cascos con una visita guiada. Merece la pena, aunque solamente sea por las vistas.

Aparte de estas espectaculares vistas, también tenemos unas buenas vistas sobre la ciudad.

Dentro hay muchas cosas que ver, principalmente relacionadas con al sal y la historia militar de la zona.

O el toro, un órgano mecánico con el que hace tiempo despertaban a los habitantes de la ciudad.

En la parte de acceso gratuito del castillo, aparte de algunos juegos para niños (y no tan niños), hay un precioso museo de títeres o marionetas, otra de las razones de fama de la ciudad.

Aunque siempre podremos perdernos por el casco antiguo buscando algunos de los (pocos) exteriores de la película Sonrisas y lágrimas.

O simplemente disfrutar de sus calles y lo que nos encontraremos en cada esquina.

Si queréis más fotos, las tenéis en mi álbum de picasa.

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