Apratizando

Hoy hablaré de un tema que me encanta, la fotografía de rugby. Hace ya más de dos años que fotografío partidos de rugby femenino y poco a poco se van aprendiendo cosas.

Si bien es cierto que, incluso en liga de honor, son partidos poco frecuentados (a ver si cambia de una santa vez), lo más importante es respetar el partido. Dependiendo del campo y del club al que fotografiemos el lugar desde donde podremos hacerlo variará. Esto es algo que debemos respetar siempre. No respetar este tema puede hacer que no se pueda fotografiar desde fuera de la grada por molestar.

Hay partidos en los que se podrá bajar justo al campo, y otros en los que tendremos que quedarnos un poco más alejados, lo que será un reto para la mayoría de la gente, dado que el gran reto del rugby es el tamaño del campo. Sobre todo, en caso de duda, quitarnos de en medio.

Compactas – en este caso estaremos muy limitados debido al limitado zoom de las mismas, solamente podremos hacer tomas generales, y alguna captura si tenemos la suerte de poder acercarnos al campo. Se podrán captar detalles antes y después del partido, pero, en cuanto la acción se aleje un poco nos será muy difícil captar la acción del partido. También podemos fotografiar el ambiente del partido, el público o jugadores en el banquillo.

Bridge – puente o superzoom. Las más económicas para empezar y cubren un amplio rango focal, desde angular a super tele, lo que nos permitirá seguir sacando imágenes del partido, incluso desde el otro lado del campo. La limitación de estas cámaras es la velocidad de enfoque. Si alguien quiere saber la razón, es que este tipo de cámara enfoca por contraste, y no por diferencia o comparación de fase como las cámaras réflex.

Réflex – la mejor opción por la velocidad de enfoque, aunque esto se vea también limitado por la calidad de objetivo que se utilice. Si solo tenemos el objetivo que viene con la cámara, que suele ser un 18-55 mm, estaremos limitados al mismo caso que las compactas. Si queremos fotografiar el partido necesitaremos una focal que llegue, como poco, a los 200 mm. Un 70-300 mm es una opción asequible (a partir de los 400 de segunda mano en buen estado y a partir de unos 500 euros nuevos). Los todoterrenos (un 18-200 mm por ejemplo) también nos servirán, pero la calidad de la imagen será inferior.

Tenemos varias opciones a la hora de configurar la cámara, pero ninguna de ellas es dejarla en automático. Lo primero, siempre que sea posible, disparar en RAW, lo que nos permitirá corregir errores de exposición que podamos tener sin miedo.

Si tenemos una compacta sin opciones manuales, configuraremos la opción de fotografía deportiva, y poco más se podrá hacer.

Si nuestra cámara nos permite opciones manuales, pero no estamos seguros, optaremos por dar prioridad a la velocidad, poniendo una velocidad de al menos 1/400 para empezar, y que la cámara decida el resto.

El siguiente paso sería, en este mismo modo, pero seleccionando el ISO manualmente. En este caso lo subiremos todo lo que nos lo permita la cámara sin que nos encontramos un ruido evidente o molesto. De esta manera la cámara cerrará más el diafragma y tendremos más profundidad de campo, más zona enfocada, lo que nos asegurará más tomas.

La última es la que yo utilizo, disparar en manual (con enfoque automático).

A no ser que fotografiemos al atardecer, en cuyo caso tendremos que recalcular la medición un par de veces (y normalmente quedarnos sin luz al final del partido), la luz del sol es bastante uniforme. Calculamos una luz media que nos soluciona un 90% de las fotos y luego ajustamos ese 10% a mano sobre la marcha, medio paso arriba, medio paso abajo, según se requiera. Necesita un poco de práctica, pero al final nos ayudará, sobre todo cuando fotografiemos partidos en los que un equipo va de blanco y el otro muy oscuro, la cámara está ajustada y no recalculará en función de la cantidad de jugadores de cada equipo que tengamos en el encuadre, muchos blancos nos subexpondrían y muchos negros podrían sobreexponerla.

Si algún maewstro se pasa por esta entrada, no seas cruel, voy aprendiendo poco a poco, admito consejos.